Dime con quien andas y te diré quien eres

Por: Alfredo Pinto

Mi Madre siempre nos entregaba sus enseñanzas con base a refranes y uno de sus preferidos era “Dime con quien andas y te diré quien eres”. Ello para significar lo importante que es para nuestra vida tener un modelo de persona a seguir. En la actualidad no es diferente, todos de una forma o de otra por las redes sociales somos seguidores de alguna persona, bien sea por sus comentarios o por su manera de expresarse. En lo personal creo que es más importante seguir a una persona por sus valores, porque sé que ello me va a ayudar a ser mejor persona y mejor ser humano.

Un valor que busco en esa persona a seguir es la integridad. Es decir, busco una persona que lo que piensa, dice y hace, están en concordancia, Que lo que hace en privado lo puede sostener en público. Que tiene una actitud de éxito ante la vida. Que no tiene en su vocabulario las palabras no puedo o no soy capaz. Que tiene sus objetivos claros, y las dificultades las convierte en oportunidades, pues ella es una persona comprometida con la excelencia.

Hoy este refrán, por los avances de la tecnología lo podríamos escribir “Dime a quien sigues y te diré quien eres”. De la integridad de la persona que sigamos dependerá lo que llegaremos a ser como persona. No es fácil encontrar esa persona, pero yo si sabía que existía y desde que me conozco decidí seguirla toda la vida.

Sigo a una persona que no fue famosa para el mundo, que no tuvo la oportunidad de estudiar, pero siempre fue amable con todo el mundo, respetuosa de mis decisiones, paciente hasta el extremo, alegre hasta en los momentos más difíciles de su enfermedad, que a pesar de que gran parte de sus últimos años de su vida los vivió sin piernas, siempre nos alentaba a caminar con actitud victoriosa por la vida, bondadosa en mis debilidades, fuerte como una roca; en resumen, a quien sigo fue la manifestación real del Creador en la tierra. Mi Madre.

A ella y a todas las Madres de nuestra familia mi agradecimiento eterno por mostrarnos que Dios es Amor y que, así como para Él son la niña de sus ojos, para todos nosotros como hijos serán siempre el Amor de Dios hecho realidad.

Alfredo.